viernes, 11 de diciembre de 2020

LA SANGRE DE JESÚS HABLA MEJORES COSAS -Joseph Prince

LA SANGRE DE JESÚS HABLA MEJORES COSAS

A Jesús, Mediador del nuevo pacto, ya la sangre rociada que habla mejor que la de Abel.
Hebreos 12:24

Hoy, la ciencia forense nos dice que la sangre tiene voz. El ADN se puede extraer de una pequeña gota de sangre del asesino y los resultados se pueden utilizar en el tribunal como prueba.

Entonces la sangre en cierto sentido puede hablar. Y cuando es la sangre de Jesús, "habla mejores cosas" que la de Abel. La sangre de Abel gritó: "¡Venganza! ¡Venganza!" después de que su hermano Caín lo asesinara (véase Génesis 4: 8-11). Pero la sangre de Jesús clama perdón por nuestros pecados, sanación para nuestros cuerpos y paz y solidez para nuestras mentes. Grita protección para nuestras entradas y salidas, buen éxito para las obras de nuestras manos, la justicia de Cristo como nuestra aceptación ante Dios y mucho más.

En la Biblia, la sangre de Jesús hablando de "cosas mejores" se encuentra en el contexto de los últimos días cuando las cosas están siendo sacudidas, de modo que las cosas que no pueden ser sacudidas permanecerán (ver Hebreos 12:27). Dios quiere que sepas que no serás sacudido cuando pongas tu fe en la sangre de Jesús, que habla mejor de ti. Es por eso que Dios quiere que veas la sangre de Jesús derramada por ti en cada área que hace que tu corazón tiemble y que tu confianza sea sacudida.

Por ejemplo, si tienes miedo de perder tu trabajo, habla con la sangre de Jesús sobre tu trabajo. Su sangre grita: "¡Favor con su jefe!" Y en estos días, cuando te sacuden los temores de que el terrorismo pueda golpear a cualquiera, en cualquier lugar y en cualquier momento, suplica la sangre de Jesús que clama: "¡Protección y liberación!" Cuando el miedo se apodere de su corazón mientras el médico le da su pronóstico, suplique la sangre de Jesús sobre su cuerpo. Su sangre grita: "¡Sanación y plenitud!"

La sangre eterna de Jesús, que habla mejores cosas, nunca perderá su poder. Amado, procura no rechazar al que habla (ver Hebreos 12:25). ¡Asegúrate de seguir escuchando la voz de la gracia, que habla de salvación, justicia, protección, liberación, provisión y sanidad sobre tu vida!

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