viernes, 30 de abril de 2021

Sigue hablando tu justicia -Joseph Prince


Sigue hablando tu justicia

Porque lo que la ley no pudo hacer por ser débil por la carne, Dios lo hizo enviando a su propio Hijo.
Romanos 8: 3

Amo la escritura de hoy. La respuesta, amigo mío, no se encuentra en la ley, sino en el Hijo. La ley fue dada por un siervo, Moisés; la gracia vino a través del Hijo, Jesús.

La revolución de la gracia comienza con una persona y Su nombre es Jesús. Cuando tienes a Jesús como tu Señor y Salvador, y una revelación de Su gracia, lo tienes todo. Tienes, lo más importante, una identidad nueva y justa en Cristo.

Muchos creyentes no se dan cuenta de esto, pero las revelaciones se pueden robar y olvidar. Eso es lo que le sucedió a la iglesia de Corinto y Pablo tuvo que intervenir para recordarles su identidad justa en Cristo.

Esta es también la razón por la que es tan esencial para que seas parte de una iglesia local donde puedas seguir escuchando y escuchando mensajes que están llenos de la persona de Jesús, y estar rodeado de líderes y amigos centrados en Cristo que siempre te señalarán. de regreso al Señor y tu identidad justa en Cristo.

Quiero animarte a tener una conciencia diaria de tu justicia en Cristo hablando y confesando tu justicia en voz alta. Cree que eres justo en Cristo y que la justicia es un regalo que no puedes ganar. Si bien saber esto es fantástico, quiero que des un paso más conmigo hoy y comiences a practicar la confesión diaria de tu justicia en Cristo.

Mi querido amigo, cuando esté estresado y mil cosas clamen por tu atención, di suavemente en voz baja: "Yo soy la justicia de Dios en Cristo". Cuando lea noticias horribles en los periódicos matutinos y tu corazón se apodere de tus seres queridos, simplemente di en voz baja: "Yo soy la justicia de Dios en Cristo". Y cuando sientas la tentación de volver a caer en una adicción pasada, ahora sabes qué hacer: di en voz baja: "Yo soy la justicia de Dios en Cristo".

Tu permanencia en la victoria está directamente relacionada con tu conciencia de su identidad justa en Cristo. Si realmente deseas ver avances duraderos en tu vida y vivir por encima de la derrota, ¡habla! Habla, habla y habla sin dudas. ¡Y te prometo que vivirás más libre de estrés, con más valentía, con más valentía y con más victorias que nunca!

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