Capítulo 3
El Cinturón de la Verdad
Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad…
Efesios 6:14
La Verdad Sostiene Todo Junto
La verdad es tu cinturón y es la primera pieza de la armadura mencionada en Efesios 6. Por cierto, Pablo frecuentemente usa imágenes romanas. Durante su tiempo, los soldados romanos estaban dondequiera. Si alguna vez has visto aquellas obras épicas religiosas como la de Cecil B. DeMille, Los Diez Mandamientos, o la obra de William Wyler, Ben-Hur, es seguro que habrás visto un soldado romano con toda su armadura. Los soldados vestían una coraza de bronce.
Recuerdo cuando vi Ben-Hur por primera vez. Pensaba que el comandante romano Quintus Arrius, quien adoptó a Judá Ben-Hur como su hijo, se veía magnífico vistiendo su coraza y casco. ¡Pero me impactó cuando se quitó su coraza, porque su gran panza brotó hacia afuera! ¡Y, chico, se veía fuera de forma! Nunca debió de quitársela. Mientras la coraza y el casto estuvieron puestos, él se veía chévere.
Ahora bien, ¿por qué es importante tu cinturón? Para empezar, tu cinturón sostiene la vaina de tu espada. También puede sostener tus pequeñas dagas. Hay otro propósito muy importante para el cinturón— ¡es muy difícil pelear si tus calzones se aflojan y caen alrededor de tus tobillos! ¡Es muy difícil pelear con una mano sosteniendo tus calzones y con la otra mano sosteniendo tu espada! El enemigo podría detener la pelea y decir: “Oye, ¿te vas a ajustar el cinturón o no? ¡Distrae mucho pelear con un hombre con calzones flojos!”
Así que viste la verdad como tu cinturón. Si no tienes mucha verdad en tu vida, no serás capaz de sostener junta la armadura de Dios. De la misma manera en que tu cinturón sostiene todo en su lugar, la verdad sostendrá las otras piezas de la armadura unidas. Sin la verdad, las otras piezas de la armadura no serán seguras.
La Verdad Desvanece las Tinieblas
¿Pero, por qué es la verdad la primera pieza de la armadura que se menciona aquí? Bueno, cuando te convertiste en cristiano, tu vida cambió. Cambió porque recibiste la verdad. Fuiste hecho libre por causa de la verdad. Jesús te hizo libre al darte la verdad. Él dijo: “Y conocerán la verdad, y la verdad los hará libre” (Juan 8:32).
Cuando yo era un niño pequeño, acostumbraba a jugar con pequeñas rocas. Las levantaba para ver qué tan fuerte era. Algunas veces, al levantar las rocas del suelo húmedo, descubría pequeñas hormigas blancas e incluso a escorpiones escurriéndose en todas direcciones. Verás, a las hormigas y los escorpiones les gusta la oscuridad debajo de las rocas, y cuando la luz entraba en su oscuridad, ellos se dispersaban.
Es lo mismo con nuestras vidas. Si pudiera tomar unos rayos-x espirituales de tu cabeza, habrá áreas iluminadas porque la luz de la Palabra de Dios ha entrado en esas áreas. Por ejemplo, antes estabas temeroso de ser condenado en la presencia de Dios, pero ese miedo ya no existe porque la verdad de la gracia de Dios ha entrado y el miedo se ha dispersado.
Mientras más verdad recibas, más victoria se manifestará en tu vida.
Pero podría haber otras áreas que están oscuras. Podría ser porque estás temeroso y lleno de preocupaciones en esas áreas. Esas áreas oscuras aún deben de ser saturadas con la verdad de Dios. Todos nosotros aún tenemos áreas oscuras en nuestras vidas. Es por eso que yo oro casi todos los días: “Padre, revélame tus verdades que necesito saber para que sea libre”. Oro esta oración porque aún tengo áreas de cautividad en mi vida. Pero alabado sea Dios, cuando miro hacia atrás en mi vida, hay áreas en las cuales he sido liberado. De hecho, el diablo sería un tonto al atacarme en esas áreas otra vez, pues ya he recibido mucha verdad en esas áreas.
¿Cómo sabes si un área de tu vida está aún en oscuridad? Bueno, cada vez que tienes miedo o preocupación en un área, generalmente significa que la luz no ha entrado completamente dentro de esa área. Necesitas orar: “Dios, hay un área en la cual todavía estoy en la oscuridad. Revélame tus verdades en esta área. Muéstrame las verdades que necesito conocer”. Mi amigo, la verdad te hará libre.
¿Sabes que ante los ojos de Dios, la verdad y la victoria, son sinónimos? Déjame mostrarte evidencia de la Biblia. Citando a Isaías, Mateo dice: “La caña cascada no quebrará, y el pábilo que humea no apagará, hasta que saque a victoria el juicio” (Mateo 12:20). Nota que la última parte dice: “…victoria el juicio”. La cita original en Isaías 42:3, en el Antiguo Testamento, dice: “No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare; por medio de la verdad traerá justicia”. La cita original en el Antiguo Testamento dice “verdad”. Sin embargo, el Nuevo Testamento dice “victoria”. Lo que nos dice es que la verdad y la victoria, son sinónimos. En otras palabras, mientras más verdad recibas, mayor victoria se manifestará en tu vida.
Una vez que conoces la verdad, el diablo no podrá embaucarte nunca más. Verás, él sólo puede prosperar en la oscuridad. Mientras más tiempo estés en la oscuridad, o ignorante acerca de algo, estarás temeroso y serás vulnerable al engaño del diablo. Déjame darte una ilustración. Cuando comienzas a sentirte enfermo o con dolor en ciertas partes de tu cuerpo, empiezas a preocuparte acerca de eso. No sabes qué está causando el dolor y tu imaginación comienza a pensar cosas locas. Te vuelves temeroso y preocupado. Cuando finalmente vas al doctor, él te dice: “Esto es muy común. He realizado algunos estudios y no tiene nada de qué preocuparse”. De repente, tus miedos y preocupaciones desaparecen. ¿Cómo pasó eso? El doctor te reveló una verdad de la cual no estabas consciente, y la verdad te hizo libre.
El diablo puede a un hombre y susurrarle: “Cuidado con tu esposa, ella se está aprovechando de ti. Ya no te respeta”. Y sin embargo, mientras tanto, la esposa del hombre es totalmente inocente. El diablo juega juegos mentales con nosotros y tenemos que tener cuidado con sus trucos.
No Caigas en los Juegos Mentales del Diablo
Déjame darte otra ilustración. Joyce y Judy estaban hablando. Irene, no muy lejos de ahí, estaba pensando sus propios asuntos. Ellas tres son amigas. Entonces, Irene nota que de vez en cuando sus dos amigas la miran mientras platican, se ríen y sonríen. Pronto Irene se vuelve desconfiada. Comenzó a pensar que sus amigas están diciendo cosas malas acerca de ella. Ahora bien, ese es el genio maligno del diablo. Él jugará juegos mentales contigo.
Al día siguiente, Joyce llama a Irene y dice: “Hola, Irene, ¿vas a hacer algo mañana? A Judy y a mí nos gustaría llevarte a un evento en este restaurante del pueblo.” “Bueno, ¡no estoy segura! Estoy muy ocupada en estos días”, dice Irene. Sintiendo tensión en la voz de Irene, Joyce le pregunta: “Irene, ¿está todo bien?” “Sí”, dice Irene. No convencida, Joyce le vuelve a preguntar: “¿Sucede algo malo?” “Nada malo”, contesta Irene. Ahora bien, cada vez que escuchas este tipo de respuesta, créeme, ¡algo anda mal!
Joyce persiste: “Mira, Irene, realmente nos gustaría que vinieras. ¡Insistimos!” “Está bien, muy bien, iré”. Finalmente Irene acepta.
Al día siguiente, Irene va con sus dos amigas al restaurante. Cuando entra al restaurante, ella ve un grupo de amigos y familiares ahí, y gritan: “¡Sorpresa! ¡Feliz cumpleaños!”. ¡Alrededor del salón vuelan las cintas, y los globos flotan por doquier! Joyce y Judy están justo en medio de todo ese griterío, “¡Oye, Irene, Feliz Cumpleaños!”
Entonces Joyce se ríe y dice: “¿Sabes qué, Irene? Ayer, mientras estábamos comentando tu fiesta de cumpleaños, vimos que nos estabas mirando y pensamos que habías adivinado lo que estábamos haciendo. Pensamos que teníamos que dejar los planes a un lado. De hecho, pienso que tú sabías que estábamos organizando tu fiesta de cumpleaños, ¿verdad?”
¿No es asombroso cómo podemos pasar días preocupados o enojados acerca de algo que no existe, que está basado en una mentira? Algunas veces, incluso, pasamos semanas o meses consumidos por la auto-compasión, temor o preocupación porque sin saberlo creímos en una mentira. ¡Qué desperdicio de tiempo y energía!
Conociendo la Verdad Serás Libre
La verdad sola no te hará libre. Es cuando conoces la verdad, cuando eres libre. Jesús dijo: “Y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres”. (Juan 8:32). Cuando Irene supo la verdad, ella fue liberada. Ya no estaba más enojada con sus amigas.
Déjame darte una ilustración más. Una vez, tuve una pesadilla. Soñé que yo estaba en BMT. Para aquellos que no saben, esto significa “entrenamiento básico militar” (basic military training, por sus siglas en inglés). Y estaba llegando tarde para mi primer día de entrenamiento. El sargento estaba parado enfrente de mí y me gritaba muy enojado.
“Algo está mal aquí”, le dije al sargento. “¿Por qué estoy atravesando por el BMT otra vez?” Verás, ya había completado mi entrenamiento básico militar en mis años juveniles.
En mi pesadilla, el sargento me ignoraba y continuaba gritándome toda clase de profanaciones. “¡Llegaste tarde! ¡Llegaste tarde!” gritaba.
Lo miré fijamente y dije: “¡Esto no debería de estar pasando!”
Él me miró a los ojos y dijo: “¡Ahora escucha, estás marcado! De hecho, ¡Estás marcado por los próximos tres meses!” Yo repetía: “¡Algo está mal!”
Entonces, me desperté. De pronto me di cuenta de que toda había sido un mal sueño, y me sentí aliviado.
Chico, ¡qué alivio cuando conoces la verdad! ¡Eres liberado cuando conoces la verdad!
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