Solo la expiación de Cristo satisface a Dios - Joseph Prince

Solo la expiación de Cristo satisface a Dios

. . . si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Y Él mismo es la propiciación por nuestros pecados. . .

1 Juan 2: 1–2

Hoy en día, los judíos todavía celebran Yom Kippur o el Día de la Expiación. Como sugiere el nombre, es un día reservado para expiar los pecados. Pero para los cristianos, esta hermosa fiesta apunta a Jesús y lo que hizo por nosotros en la cruz. Debido a Su sacrificio, todos nuestros pecados ya han sido perfectamente expiados. Por eso, si pecamos, sabemos que "Abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo". Y Él mismo es la propiciación por nuestros pecados.

Ahora bien, no dice que si alguien se arrepiente, tenemos un Abogado para con el Padre. Dice que si alguno peca, abogado tenemos para con el Padre. En el momento en que un hijo de Dios peca, inmediatamente, su Abogado, Jesucristo, entra en acción para orar por él y protegerlo.

¿Qué hay del arrepentimiento entonces?

La palabra "arrepentimiento" es metanoia en griego, que significa cambiar de opinión. Por ejemplo, solías creer que Jesús era simplemente un buen hombre. Entonces, un día, te arrepentiste y creíste que Él es el Hijo del Dios viviente, quien murió por tus pecados y resucitó al tercer día, y lo tomaste con alegría como su Salvador.

El arrepentimiento bíblico no es la idea de golpearse o castigarse a sí mismo para expiar sus pecados. No lo conviertas en una obra humana, como el hombre que acudió a un sacerdote para confesar sus pecados. Cuando terminaron, el sacerdote le preguntó al hombre: "Por cierto, ¿a qué te dedicas?". El hombre respondió: "Soy un contorsionista", y procedió a dar una demostración. Otro hombre vino con ganas de confesar sus pecados. Cuando vio al contorsionista todo retorcido en el suelo, dijo: "¡Si esto es arrepentimiento, olvídate!" y se escapó!

Amigo mío, no hay necesidad de escalar el Himalaya o azotar su espalda con sangre para expiar tus pecados. Ninguna cantidad de autocastigo o llanto puede expiarlos. Tus pecados ya han sido castigados plenamente en el cuerpo de Jesús. Solo su obra terminada satisface a Dios. ¡Así que cambia de opinión y simplemente cree que solo Jesús es la propiciación por tus pecados!