Capítulo 5
El Evangelio de la Paz
“Estad, pues, firmes…y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.”
Efesios 6:14-15
Descansa en Su Paz
La siguiente pieza de la armadura es el evangelio de la paz. En Juan 14:27, dice: “Mi paz os dejo, mi paz os doy; no la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”. ¡Jesús, quien es el Príncipe de Paz, nos ha dado Su paz!
Ahora bien, esta pieza de la armadura en particular, en realidad va en tus pies. Efesios 6:15 dice: “y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz”. Romanos 10:15 dice: “… ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!”. A muchos de nosotros se nos ha dado la oportunidad de compartir el evangelio con nuestros amigos y familiares. A eso es que se refiere la escritura. Tus pies siempre están listos para llevar las buenas noticias a las personas. ¡Es por eso que Dios dice que tus pies son hermosos! Estás calzando tus zapatos “evangelio de la paz”.
¿Por qué el evangelio de la paz? Porque Dios sabe que es tan fácil para nosotros volvernos problemáticos en nuestras mentes y en nuestros corazones. Juan 14:27 dice: “… no se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”. Filipenses 4:6 dice: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias”. El diablo no puede manipular a un cristiano que se mantiene en paz. No puede hacerlo porque el mismo diablo no tiene paz. De hecho, él no descansa. Mateo 12:43 dice que los espíritus malvados andan buscando descanso, pero no lo encuentran.
El diablo quiere turbar tu mente, traer problemas a tu corazón y agitar tus emociones. No te asombres que la Biblia dice en 1 de Pedro 5:8 que él anda como león rugiente, buscando a quien devorar. Pero el versículo anterior dice: “echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros” (1 Pedro 5:7). Así que un cristiano que ejercita depositar todos sus cuidados al Señor no puede ser devorado por el diablo.
En la guerra espiritual, es vital que te pongas tus zapatos del evangelio de la paz. Los soldados toman muy en serio sus pies y botas. De hecho, mantener sus pies saludables y sus botas en buenas condiciones es muy importante durante la guerra. Nunca sabes dónde te llevará. Podrías terminar peleando en un pantano o caminando días arriba y abajo en terreno escabroso. Y si no puedes caminar o correr porque tus pies están heridos, todo tu cuerpo estará en peligro cuando el enemigo ataque.
Las botas también son útiles para aplastar escorpiones, culebras y cucarachas. Eso es lo que los creyentes deben de hacer. Lucas 10:19 declara: “He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará”. ¡Así que ponte tus botas espirituales!
La Paz es Tu Árbitro
De hecho, cuando caminas en paz, estás inconsciente, permitiendo a Dios guiarte. No necesitas ser inteligente para seguir a Dios. Frecuentemente, el Espíritu Santo nos guía por la presencia de paz, ya sea que haya paz o no la haya. Así es como he tomado decisiones para mi iglesia. Algunas cosas suenan razonables, pero si no tengo paz en mi espíritu acerca de ellas, no las hago. De igual manera, algunas cosas no suenan tan sabias, pero si tengo paz con respecto a ellas, las hago.
La Paz que Jesús nos ha legado incluye bienestar, salud y prosperidad.
Colosenses 3:15 dice: “Y dejen que la paz de Dios gobierne en sus corazones…”. La palabra “gobierne” en el griego significa “que sea un árbitro”. Así que en todas las cosas que hagas, permite que la paz de Cristo gobierne o decida como un árbitro. Todos hemos visto a los árbitros presidir partidos de tenis. Si el árbitro dice “fuera”, no hay manera de argumentar con él. Puedes gritar “adentro” todo el día y no valer. Puedes tirar tu raqueta al suelo como John McEnroe solía hacer, y gritar, “¡Estuvo adentro!”, pero el árbitro tiene la última palabra. Así que, permite que la paz de Cristo gobierne, o decida como un árbitro, en tu corazón.
‘Mi Paz Te Doy’
Juan 14:27 dice: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”. Por años, no entendía completamente lo que la palabra “dejar” en realidad significaba en este versículo. Un día, estudié la palabra y encontré que no significa simplemente “permitir que se quede atrás” o “no llevar con uno”, como algunos dirían. “Muy bien, dejaré mi bolso aquí contigo”. No, la palabra en realidad significa “legar”. En otras palabras, Jesús está diciendo, “Te lego Mi paz a ti”.
Pero, ¿qué significa la palabra “legar”? Un hombre moribundo podría tener a sus hijos reunidos alrededor de él así que él puede legar sus bienes o negocios a ellos. Eso es lo que “legar” significa—dar o dejar una herencia como testamento después de que uno muere. Así que cuando Jesús estaba cerca de morir en la cruz, Él nos legó nuestra herencia—Su Paz. No era cualquier paz. Jesús dijo: “Mi paz”. Literalmente era Su paz que Él nos legó.
También descubrí algo más acerca del versículo. Siempre había pensado en la “paz” como “paz del corazón” o “paz mental”. Ahora bien, incluye todo eso, pero un día, el Espíritu Santo abrió mis ojos. Comencé a darme cuenta que Jesús estaba hablando a Sus compañeros judíos. Así que Él tuvo que usar la palabra hebrea “Shalom”. Él les dijo: “Shalom les dejo, Mi Shalom le lego a ustedes, no como el mundo la da, yo se las doy”.
En la Concordancia Strong, encontramos que la definición de la palabra Shalom incluye “bienestar, salud, prosperidad”, no es paz en el sentido común. ¡La paz que Jesús nos dejó es literalmente Su salud y también prosperidad! Así que cuando Él dice, “Mi Shalom les dejo”, Él nos legó como una herencia, también Su propia salud y prosperidad.
También busqué la palabra “paz” en el léxico griego y encontré que significa paz y descanso en contraste con disputa. E influenciado por la palabra hebrea “Shalom”, también significa un estado de salud, un estado de no problemas, bienestar imperturbable. Ahora bien, ¡me encanta esto! Dios quiere que estés en un perpetuo estado de Shalom. Eso es lo que Jesús nos dejó. Pero recuerda siempre que el diablo tratará de perturbar esa sensación de paz.
Un día, mi esposa regresó de la escuela de nuestra hija a casa y me dijo que la maestra le acababa de informar que nuestra hija Jessica gozaba de perseguir a un niño en particular por toda la escuela. No solo eso, cuando ella atrapaba al niño, ella lo besaba. Yo dije: “¡Qué! ¿Mi niña de cuatro años está persiguiendo a un niño?” Inmediatamente me di cuenta de que mi corazón entró en conflicto. Ahora bien, yo ya le había compartido esta particular revelación sobre la paz a mi esposa. Así que cuando ella vio mi respuesta ansiosa, se volteó a mí y dijo: “¡No dejes que tu corazón se confunda!” Después que ella dijo eso, sentí que todo estaba bien.
No mucho tiempo después de eso, asistí a la presentación del Día del Padre en el kindergarten de Jessica. Los niños estaban en el patio jugando cuando mi esposa vino hacia mí me dijo: “Querido, ¿ves a ese niño al que Jessica va persiguiendo? ¡Ese es el niño!” Miré largamente al niño. Vi a mi hija persiguiéndolo y él estaba corriéndose de ella. Tengo que admitir, ¡no me gustó para nada! ¡No quería que mi hija corriera detrás de ningún niño! Verás, ¡preferiría que los niños corrieran detrás de ella!
De camino a casa, detuve el auto, me voltee a mi hija y dije: “Jessica, ¡ese niño es feo!”. Ella me miró con sus grandes ojos. Le dije: “¡Ni siquiera se ve como el Príncipe Encantador!”. Mi esposa me miró y meneó la cabeza. Antes de que el día terminara, me arrepentí delante del Señor. Dije: “Señor, siento haber llamado feo a ese niño”. ¿Puedes creer que incluso un pastor como yo pueda tener problemas por algo tan pequeño? Mi amigo, en las grandes o pequeñas cosas, Dios desea que caminemos en paz.
Sanado de Insomnio, Ataques de Pánico, Sinusitis, Gastritis
Por nueve años, un hombre de nuestra iglesia fue afligido por el insomnio. Por nueve largos años, no pudo dormir. Su doctor le dio pastillas para dormir. Él tomaba tres pastillas y obtenía una o dos horas de sueño. Entonces, se despertaba y no era capaz de volver a dormir. Así que tomaba más pastillas. Terminó tomando seis pastillas cada noche y se volvió adicto a ellas.
Todo comenzó cuando él fue despedido en 1995 y no pudo encontrar un trabajo permanente después de eso. Sin un trabajo decoroso, no pudo proveer bien para su familia y eso lo estresó.
Entonces, padeció una mala sinusitis, con mocos atrapados detrás de sus pómulos y no las podía despejar. Así que tuvo tres operaciones para resolver el problema, pero no mejoró. Le dejó una infección constante en sus mejillas y tenía que tomar antibióticos muy caros para despejar la infección. También tuvo que visitar el hospital regularmente para drenar sus mocos. ¡Su dinero también estaba siendo drenado!
Debido a los antibióticos que estaba tomando, comenzó a padecer de gastritis. Su nivel de estrés se incrementó y simplemente no podía dormir naturalmente. Un psiquiatra dijo que él estaba sufriendo de estrés y depresión, y le dio más pastillas. ¡Cada día, se tomaba más de 30 tabletas para la depresión, estrés, insomnio, gastritis, pánico e infección!
Estando en bancarrota, entró al negocio de la construcción, esperando que la situación pudiera mejorar. No sucedió. Tenía más estrés en el trabajo y comenzó a desear morir mientras dormía. Entonces, comenzó a tener ataques de pánico. Cada vez que venían, él no podía dejar su casa, manejar o hacer cualquier otra cosa. Su esposa tenía que quedarse en casa para cuidarlo. Así que su familia sufría también. Y aunque no comía bien, extrañamente, comenzó a ganar mucho peso. ¡Se infló de 46 kilos a 56 kilos!
Entonces, en Abril de 2003, él sintió que el Señor le estaba diciendo que hablara en lenguas. Él obedeció y comenzó a orar en lenguas regularmente, aunque él solo podía pronunciar unas cuantas sílabas al principio.
Él me dijo: “Pastor Prince, en el momento en que comencé a hablar esas pocas sílabas en lenguas, ¡sentí descanso!”. Él dijo que esa sensación de paz lo inspiró para orar aún más en lenguas. Mientras más oraba en lenguas, más paz sentía. Así que siguió orando en lenguas. El problema de sinusitis comenzó a aclararse y también fue sanado de la gastritis.
Este hombre me dijo: “Cada día, hice dos cosas: Oré en lenguas y escuché las cintas de sus sermones”. Cada vez que él se atrevía a manejar a algún lugar cercano, ponía las cintas en su auto.
Poco a poco, el miedo y los ataques de pánico también lo dejaron. ¡También comenzó a tener sueño de calidad sin píldoras para dormir! El Señor, incluso, le enseñó cómo tenía que comer—dos comidas al día, pero que comiera lo que quisiera. ¡Hoy día, él recuperó su peso normal y su talla de cintura!
Entonces, el Señor lo dirigió a comenzar un negocio. Debido a que su empleo anterior le había producido más estrés y ansiedad, él estaba renuente a regresar al mismo empleo. El Señor le preguntó: “¿Qué tienes en tu mano?”
Él respondió: “No tengo nada en mi mano, excepto mi habilidad y pasión para reparar computadoras”.
El Señor dijo: “¡Eso es lo que hay en tus manos!”
Así que comenzó a proveer un servicio de reparación de computadoras. Hoy día, su negocio está floreciendo y es bendecido financieramente. También es bendecido con buena salud. Y es capaz de pasar tiempo de calidad con su familia. ¡Su esposa dice que ella ha encontrado a un nuevo esposo, y sus tres hijos dicen que ellos han encontrado a un nuevo papi!
Este hombre aprendió a encontrar descanso y permanecer en paz. ¿Cómo? En Isaías 28:11-12, dice: “Porque en lengua de tartamudos, y en extraña lengua hablará a este pueblo, a los cuales él dijo: Este es el reposo; dad reposo al cansado; y este es el refrigerio…”. Este es uno de los pocos pasajes del Antiguo Testamento que se refiere a hablar en lenguas. E Isaías llama el hablar en lenguas como el “reposo” y el “refrigerio”. Cuando ese hermano sufrió ataques de pánico y no supo qué hacer, él solamente oró en lenguas. Y el Espíritu Santo provocó una paz sobrenatural que guardó su corazón.
Solo Jesús Da Paz Duradera
Ahora bien, el mundo también promete paz. El mundo dice: “Si tú escuchas música suave de la nueva era, baja las luces, quemas cierto incienso y practicas meditación, también te sentirás en paz”.
Pero, ¿adivinas qué? Es solo emocional. Una vez que la música se apaga, una vez que el incienso deja de arder y las luces se encienden otra vez, la paz termina. ¿Por qué? Porque es una paz externa, no una paz interna.
Sólo Jesús da verdadera y duradera paz interior. Y la paz de Jesús es fuerte, continua y no se turba con las circunstancias externas. Si tu paz es afectada por circunstancias externas, entonces no es paz.
Pedro supo lo que la verdadera paz era. Él fue arrestado, puesto en prisión y atado a dos cadenas. Pero, “… pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él” (Hechos 12:5). Creo que esto significa que la iglesia estaba orando en lenguas por él. Ellos oraron constantemente por su liberación. Esa noche, mientras Pedro estaba durmiendo: “… un ángel del Señor se presentó, y una luz resplandeció en la cárcel; y tocando a Pedro en el costado, le despertó, diciendo: Levántate pronto. Y las cadenas se la cayeron de las manos.” (Hechos 12:7). Verás, ¡Pedro debió de estar en un sueño profundo para que el ángel tuviera que golpearlo para despertarlo! Este ángel—este ser celestial—vino de la presencia de Dios en respuesta a la oración, ¡y el hombre estaba durmiendo en la noche de su juicio y su posible ejecución! ¡Eso es paz verdadera, amigo!
Algunos de ustedes no pueden dormir en la noche anterior a una presentación en el trabajo. Algunos de ustedes no pueden dormir la noche anterior a recibir el diagnóstico del doctor. ¡Pedro estaba cerca de ser enjuiciado y probablemente ejecutado el día siguiente, sin embargo pudo dormir tan bien! ¡Si él hubiera dependido en aceites perfumados de aromaterapia, no hubiera encontrado paz porque la prisión hubiera estado apestosa! ¡Si él hubiera dependido en la suave música de la nueva era, no hubiera encontrado la paz porque hubiera escuchado los gruñidos y maldiciones de los prisioneros!
No, Pedro descansó en la paz que Jesús le legó, y durmió pacíficamente. Esto me recuerda a otro Hombre quien durmió en un barco en medio de una gran tormenta (Marcos 4:38). Todos los demás estaban en pánico alrededor de él. Sin embargo, como Pedro en prisión, ¡Jesús estaba durmiendo!
‘Paz’
Si tu hijo muriera en tus brazos, ¿afectaría eso tu paz? Esto le sucedió a una mujer del Antiguo Testamento. 2 de Reyes 4 nos dice que el profeta Eliseo le dio la promesa a la mujer sunamita la cual no tenía hijos. El hombre de Dios le dijo: “…El año que viene, por este tiempo, abrazarás a un hijo…” (2 de Reyes 4:16). Y así, la mujer concibió y nació un varón cuando el tiempo señalado llegó.
Un día, cuando el niño fue al campo con su padre, se enfermó. El padre llevó al niño con la madre. El niño se sentó en las rodillas de su madre hasta la tarde y entonces murió.
Mi amigo, Dios puede darte algo y entonces el diablo lo atacará. ¿Cómo reaccionas? La mujer acostó al niño sobre la cama del varón de Dios, cerró la puerta y salió. ¡Qué clase de mamá! ¡Muchas madres hubieran sostenido al niño, y llorado y llorado y llorado! Esa hubiera sido la reacción natural.
Pero ella llamó a su esposo y le dijo: “… Te ruego que envíes conmigo a alguno de los criados y una de las asnas, para que yo vaya corriendo al varón de Dios, y regrese.” (2 de Reyes 4:22). El esposo le preguntó: “… ¿Para qué vas a verle hoy? No es nueva luna, ni día de reposo.” Y ella dijo: “… Paz” (2 de Reyes 4:23). En hebreo, ella solo responde una palabra: ¡”Shalom”! En el contexto, significa, “¡Todo va a estar bien!”.
Así que ella ensilló el burro, partió y fue al varón de Dios en el Monte Carmelo. Cuando Eliseo la vio desde la distancia, le dijo a su sirviente Giezi: “… He aquí la sunamita. Te ruego que vayas ahora corriendo a recibirla, y le digas: ¿Te va bien a ti? ¿Le va bien a tu marido, y a tu hijo?” Y la mujer sunamita respondió: “Bien”. (2 de Reyes 4:25-26). Ahora bien, ¿estaba ella mintiendo? No, porque ella estaba imitando al Dios que llama las cosas que no son, como si fuesen (Romanos 4:17). Si seguimos leyendo, encontramos que Eliseo fue a donde estaba el niño muerto y lo resucita por el poder de Dios.
Mi amigo, esta mujer conoció una paz que el mundo hubiera llamado extraordinaria. ¡Ninguna meditación de la nueva era o aromaterapia pudo darle esta paz a ella! Jesús nos legó Su paz. Es nuestra herencia. Dios quiere que tú y yo estemos en un estado perpetuo de Shalom, en un estado tranquilo, imperturbable bienestar, un estado de salud y prosperidad. ¡Paz—en Cristo!
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