jueves, 11 de noviembre de 2021

Jesús, sé el centro - Joseph Prince


Jesús, sé el centro

Y me dijo: "Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad". Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
2 Corintios 12:9

Me encanta cómo en Lucas 24, el Espíritu Santo nos registra de manera intrincada el encuentro que Jesús tuvo con los dos discípulos en el camino a Emaús el primer día de Su resurrección. Con el corazón apesadumbrado, afligido y conmocionado, hablaron de cómo Jesús, a quien estimaban mucho, había sido apresado por los líderes religiosos, condenado a muerte y crucificado.

Lea la historia completa y observe cómo los dos discípulos fueron atrapados con su propia comprensión de los eventos que habían ocurrido y con sus pensamientos sobre la redención de Israel. Como resultado, estaban abatidos, decepcionados y deprimidos. Esto es lo que sucede cuando la verdad sobre Jesús está ausente de nuestras mentes.

Los discípulos tenían la esperanza de que Jesús sería el que redimiría a Israel. Para ellos, Jesús era simplemente un medio para lograr un fin. Estaban más consumidos por la redención de Israel que por el Redentor mismo. ¡No es de extrañar que estuvieran deprimidos! Jesús nunca puede ser simplemente un medio para un fin, no importa cuán noble sea ese fin. Necesitamos estar ocupados con Él y permitir que todo gire alrededor de Él mientras Él ocupa un lugar central en nuestras vidas.

Los discípulos estaban abatidos porque no creían en lo que la Palabra de Dios había profetizado sobre el sufrimiento y la resurrección de Jesús. Si hubieran creído y comprendido que los eventos de los últimos tres días fueron todos orquestados por Dios y que la cruz era Su gran plan de redención para salvar a todos los hombres, se habrían regocijado con fe, amor y esperanza. Habrían esperado mucho su reunión con el Cristo resucitado en lugar de mirar hacia adentro y desanimarse. Pero debido a sus creencias erróneas, se habían desilusionado y estaban mentalmente derrotados.

Si hoy te sientes temeroso, ansioso o deprimido, realiza una comprobación rápida. ¿Qué tienes en mente? ¿En qué está ocupado tu corazón? ¿Están tus pensamientos llenos de fe en Jesús, el Pastor de su vida, o están llenos de temores sobre el futuro, miedos sobre tu situación actual y auto-introspección excesiva? Dale un lugar central creyendo que Él es la respuesta a todo lo que necesita en la vida, y comience a caminar en una nueva medida de Su paz, gozo y libertad.

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