martes, 25 de enero de 2022

Cuando no tienes fe - Joseph Prince


Cuando no tienes fe

Por la fe también Sara misma recibió fuerza para concebir, y dio a luz cuando ya era mayor de edad, porque juzgó fiel al que había prometido.
Hebreos 11:11

Quizás estés en un lugar donde sientes que no puedes conjurar más fe, y mucho menos “no dudar de la promesa de Dios” como Abraham (Romanos 4:20). Tal vez estés pensando, he tratado y tratado de creer durante tanto tiempo. Ya no tengo fe para seguir.

Déjame mostrarte lo que dice el versículo de hoy acerca de Sara. Había fe involucrada cuando Sara concibió y dio a luz un hijo. Pero si crees que la fe es terriblemente difícil y que simplemente no tienes fe, oro para que esto te anime.

¿Cómo recibió Sara su milagro después de tanto tiempo y cuando parecía imposible en lo natural? Ella "juzgó fiel al que había prometido". Parece tan simple, pero ahí radica su milagro.

El caminar de fe no es difícil. Es fácil y sin esfuerzo. Cuando se te acabe la fe, juzga fiel a Dios. Cuando ya no sepas tener fe, cuenta con Su fidelidad. Recuerda que Él es fiel. Apóyate en su fidelidad.

No te rindas porque creas que no tienes suficiente fe. Una vez que Dios te da una promesa, no te corresponde a ti invocar la fe. A ustedes les toca descansar en Aquel que prometió, sabiendo que Él es fiel.

Hay un hermoso verso que quiero que grabes en tu espíritu que te dará firmeza en la lucha de la fe cuando parezca que tus respuestas no llegarán: “Si somos incrédulos, Él permanece fiel; no puede negarse a sí mismo” (2 Timoteo 2:13). Incluso cuando eres infiel, Él permanece fiel.

En la cruz, mientras Jesús cargaba con todos nuestros pecados, Dios el Padre tuvo que alejarse de Su Hijo, y Jesús clamó: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?" (Mateo 27:46). Él pagó el precio para que tú y yo tuviéramos la presencia constante de Dios, y por eso, Dios nunca te dejará ni te desamparará (Hebreos 13:5). Él nunca relajará Su control sobre ti.

Cuando te sientas incrédulo, debes saber que no tienes que tratar de aferrarte a Él: Él es quien se aferra a ti. La Biblia dice que el Señor tu Dios te sostiene de la mano derecha y te dice: “No temas, yo te ayudaré” (Isaías 41:13).

Cuando no tengas más fuerzas para tener fe en tu batalla contra tu enfermedad, ¿puedo animarte a hacer esto? Toma tiempo para ir a la presencia del Señor y decirle:

Señor Jesús, gracias por tu fidelidad hacia mí. Eres fiel en tu bondad para cumplir tus promesas en mi vida. Eres fiel para sanarme y restaurarme toda la salud y el bienestar que he perdido a causa de esta enfermedad. En este momento, debido a que me estás sosteniendo fielmente, puedo dejarlo ir y descansar en ti. Es Tu fidelidad la que hará que mi sanidad se manifieste. Amén.

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