El enemigo está debajo de tus pies
En Lucas 10, vemos a nuestro Señor Jesús enviando a setenta discípulos contra el reino de las tinieblas, como "corderos entre lobos". Mire en la escritura de hoy en el intercambio entre los setenta discípulos y el Señor Jesús cuando regresaron. Amigo mío, el poder y la autoridad que nuestro Señor Jesús les dio para operar es el poder y la autoridad que tenemos como creyentes hoy.
¡Romanos 16:20 declara que el Dios de paz aplastará a Satanás debajo de nuestros pies! Es un enemigo derrotado. La Biblia es muy consistente y siempre pone al diablo debajo de tus pies (Génesis 3:15, Efesios 1:22). No estás a merced de los ataques del enemigo. No lo pongas en un pedestal, como si tuviera poder y dominio sobre ti. Recuerda que en Cristo estás “muy por encima de todo principado y potestad y poder y dominio” (Efesios 1:21), ¡y hollarás a todo león y serpiente!
Ejercemos nuestra autoridad como creyentes cuando salimos hoy a la ofensiva contra el enemigo. ¿Cómo hacemos eso? ¡Manejamos la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios! Nuestra autoridad, nuestra fuerza y nuestra victoria se encuentran en Su Palabra.
Mire cómo la Biblia describe la armadura de Dios: “Estad, pues, firmes, ceñidos vuestro cintura con la verdad, vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz; sobre todo, tomando el escudo de la fe con el cual podrás apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios” (Efesios 6: 14-17).
¿Ves que la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios, es la única pieza de la armadura que es ofensiva? Es por eso que, por cada ronda de ataque que el diablo lanzó contra nuestro Señor Jesús, Él luchó con la espada del Espíritu; usó la Palabra escrita de Dios.
Cuando oramos la oración de protección en el Salmo 91, estamos orando de acuerdo con la Palabra de Dios y empuñando la espada del Espíritu. Entonces, no importa qué informe te esté rugiendo, ya sea de médicos, banqueros o de los medios de comunicación, tome su lugar de autoridad y aproveche las escrituras para su situación. ¡Lucha con la Palabra de Dios!
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