Deja que Jesús te salve
¿Sientes que has estado trabajando duro pero no has visto ningún resultado? Quizás te sientas como si estuvieras en un callejón sin salida en tu carrera. O quizás lo que sea que has estado tratando de hacer para salvar tu matrimonio simplemente no está funcionando. Tal vez tu trabajo esté en el área de tu paternidad; no importa cuánto esfuerzo pongas en acercarte a su hijo, la relación parece volverse más fría y distante día a día.
Amigo mío, ahora no es el momento de rendirse, sino de escuchar a tu maravilloso Señor y Salvador, Jesús. Escúchalo. En lugar de depender de tu experiencia y pericia, apóyate en Él. No estás solo. Escúchalo y haz exactamente lo que Él te diga.
Nuestro Señor Jesús le dijo a Pedro que echara “sus redes” —plural en Lucas 5:4. La solicitud no tenía sentido para Pedro porque él y su equipo de pesca habían trabajado toda la noche y no habían pescado nada. Sin embargo, Pedro dijo: “En tu palabra echaré la red”, singularmente (Lucas 5: 5). No es de extrañar que la red comenzara a romperse y Pedro tuvo que llamar a sus amigos para que vinieran a ayudarlo.
Jesús es tu ayuda muy presente en tiempos de necesidad. Cualquiera que sea tu lucha hoy, puedes saber sin lugar a dudas que Él está contigo y sabe exactamente cómo ayudarte.
También hay personas que han estado trabajando sin descanso, intentando todo lo que saben para hacer sus vidas bien y ganar la aprobación de Dios. Cuanto más lo intentan, más distantes se sienten de Él. Cuanto más presionan, más sienten que constantemente fallan y lo decepcionan. Están tan exasperados, fatigados y frustrados como los pescadores que habían trabajado toda la noche sin pescar nada.
Amigo mío, si esto te describe, quiero que sepas que Dios te ama incluso con todas tus imperfecciones. Sí, con todos tus defectos, con todos tus errores, ¡Dios todavía te ama! Ven a Él tal como eres.
Pero Pastor Prince, no lo entiendes. Déjame ordenar mi vida primero, luego vendré.
Amigo, nadie intenta limpiarse antes de bañarse. ¡Jesús es el baño! Ven a Él con todas tus deficiencias, todas tus adicciones, todos tus hábitos y todas tus obsesiones, y deja que Él haga lo que mejor hace.
¡Deje que Él te salve y te restaure completamente! Jesús te transformará con su perfecto amor.
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