Tú estás calificado - Joseph Prince

Tú estás calificado

Dando gracias al Padre que nos ha capacitado para ser partícipes de la herencia de los santos en la luz. Él nos ha librado del poder de las tinieblas y nos ha llevado al reino del Hijo de Su amor, en quien tenemos redención por Su sangre, el perdón de pecados.
Colosenses 1: 12-14

Hace años, cuando comencé a predicar, uno de mis héroes espirituales en ese entonces dijo: “No hay nada malo en Dios y nada malo en Su Palabra. Cuando no recibes de Dios, algo anda mal contigo". Así que eso es lo que también le enseñé a mi iglesia. Quería que mi gente estuviera sana y completa, y por eso les enseñé una lista de razones por las que no estaban recibiendo sus curaciones, pero esa lista siguió creciendo.

Un día, escuché la voz del Espíritu Santo en mi interior diciendo: "¡Deja de descalificar a mi pueblo!"

Respondí: “Pero Señor, no los estoy descalificando. Estoy tratando de calificarlos para Tu sanidad".

Mientras decía eso, mis ojos se abrieron y me arrepentí. No puedo calificar a nadie para la curación, y tampoco necesito intentarlo. Dios ya nos ha calificado a través de la sangre de Su Hijo. La Palabra de Dios dice esto con tanta claridad en los versículos anteriores.

Hoy tú y yo podemos dar gracias al Padre que nos ha capacitado. Ya estamos calificados para participar de cada bendición. Y no solo eso, Él ya nos ha liberado del poder de las tinieblas y nos ha llevado al reino del Hijo de Su amor. Eso significa que el diablo ya no tiene control sobre nosotros. No tiene poder sobre nosotros. No tiene autoridad para robarnos nuestra salud.

Sea cual sea el pecado que hayas cometido, los errores que hayas cometido, deja de descalificarte. Tal vez no creas que mereces ser curado debido a toda la comida chatarra que has comido durante años o porque no has hecho ejercicio. Nada de lo que puedas hacer es tan poderoso que pueda borrar la obra terminada de Cristo.

Sí, debemos comer de forma saludable y cuidar nuestro cuerpo. Pero lo que estoy diciendo es que incluso si has cometido errores, no tienes que descalificarte. De eso se trata la gracia: ¡la gracia es para los que no la merecen!

No hay nada malo con Dios, nada malo con Su Palabra, y definitivamente no hay nada malo contigo porque Jesús ha eliminado todos tus pecados de manera efectiva y perfecta a través de Su sangre. Él ya te ha calificado para recibir libremente Su sanidad. Puedes declarar con confianza "Sí" y "Amén" a esta promesa de Dios en Cristo (2 Cor. 1:20). ¡Ahora recibe tu sanación!