Habla la Palabra
Y puesto que tenemos el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: “Creí y por eso hablé”, también creemos y por eso hablamos.
2 Corintios 4:13
Amado, no es suficiente que solo conozcas la Palabra en tu corazón. Debes decirlo. Ahí es cuando el poder latente se convierte en poder real. Cuando nuestro Señor Jesús fue tentado en el desierto, no solo pensó en las Escrituras. Lo dijo en voz alta.
Puedes memorizar miles de escrituras, pero si no aprendes a decir: "Escrito está" y liberas la Palabra, no habrá poder. El poder de Dios está ahí, pero todo está latente dentro de ti.
En el momento en que lo dices, es como si Dios estuviera hablando. La Palabra de Dios en tu boca es como Dios hablando. ¡Amén!
El miedo no es algo que puedas razonar o analizar. El miedo es irracional. Hay algunos miedos que llegan a tu vida y puedes pensar: Vamos, ¿cuáles son las posibilidades de que eso suceda? o Es tan tonto temer esto.
Pero, ¿ha notado que esos miedos todavía están ahí? Estamos en una guerra, amigo mío, y la única manera de vencer el miedo es hablar la Palabra de Dios a cualquier miedo que tengas diciendo: "Escrito está".
Está escrito: “Porque Dios no nos ha dado espíritu de temor, sino de poder, de amor y de dominio propio” (2 Timoteo 1: 7).
Quiero que lo memorices. Es un versículo poderoso de las Escrituras.
Ahora, quiero que digas esto en voz alta: Está escrito: "Porque Dios no nos ha dado un espíritu de temor, sino de poder, de amor y de dominio propio". ¿Sientes el poder que conlleva decir esto en voz alta?
Esta es la verdad: Dios no nos ha dado un espíritu de temor, sino de poder, de amor y de dominio propio. No me importa con qué tipo de miedos estés luchando: miedo a envejecer, miedo a contraer esta o aquella enfermedad, miedo a perder tu trabajo, miedo al fracaso. Cualquiera que sea el temor que ha venido contra ti, declara: "Escrito está".
¿Y si vuelve el miedo? ¡Entonces dilo de nuevo! A veces, hablo las Escrituras sobre mi situación por la mañana, por la tarde y por la noche. Siempre que vuelve el miedo, hablo la Palabra de Dios.
Si el diablo quiere pelea, ¡dale una! Dale la espada del Espíritu y obtendrá el punto en todo momento. Hay muchas escrituras que puedes memorizar. ¡Escribe las Escrituras que cubran las áreas de su necesidad y ármate con ellas!
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