Dios te ama perfectamente - Joseph Prince

Dios te ama perfectamente

Pero Dios demuestra su propio amor hacia nosotros, en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros. Mucho más entonces, habiendo sido ahora justificados por Su sangre, seremos salvos de la ira por Él.
Romanos 5: 8–9

Dios es un Dios de perdón. Él te conoce perfectamente y aún te ama perfectamente. Somos esclavos de la idea de que si alguien ve nuestros defectos, ya no nos amará. Bueno, aunque eso puede ser cierto en las relaciones humanas, Dios no es así.

Dios ve todas nuestras imperfecciones, fallas y defectos en Jesús en la cruz. Nuestros pecados y nuestra fealdad no lo apagan. De hecho, para Él son ocasiones para demostrar Su gracia y perdón a través de la sangre de Su Hijo, quien ha quitado todos nuestros pecados con eficacia en el Calvario.

Así que no se avergüence de sus defectos, errores e imperfecciones. Dios conoce tus debilidades mejor que tú, y de todos modos te ama. Su Palabra nos recuerda que Jesús no es alguien "que no pueda compadecerse de nuestras debilidades". En cambio, Jesús fue tentado en todos los puntos, sin embargo, no tenía pecado (Heb. 4:15).

Él comprende cada tentación y cada prueba por la que estás pasando. Él no está decepcionado contigo, y no está esperando que cumplas con una serie de cosas que debes y no debes hacer antes de perdonarte y amarte. La Biblia dice: “Pero Dios demuestra Su propio amor hacia nosotros, en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros. Mucho más entonces, habiendo sido ahora justificados por su sangre, seremos salvos de la ira por él” (Rom. 5: 8–9).

¿Lo entendiste? ¿Cuándo te amó Dios?

Así es, cuando aún eras pecador. Antes de que lo conocieras, cuando todavía estabas en pecado, Él ya te amaba. ¡Cuánto más hoy, cuando has sido limpiado por la sangre de Jesús y hecho justo! Habiendo recibido la justicia de Jesús, eres justo para siempre. Incluso cuando caes en el pecado, tus pecados no te vuelven pecador.

Cuando te quedas corto hoy, sigues siendo la justicia de Dios. Esto se debe a que tu justicia proviene de Jesús. De la misma manera que una hermosa mariposa no puede volver a transformarse en oruga, una vez que usted ha sido hecho justo por la sangre de Jesús, no puede volver a transformarse en un pecador. ¡Conocer tu identidad justa en Él te da el poder de vencer cada pecado, cada adicción y cada mal hábito!