. . . Y Jesús alzó los ojos y dijo: “Padre, te doy gracias porque me has escuchado. Y sé que siempre me escuchas". . .
Juan 11: 41–42
Después de que Jesús hubo dicho estas palabras, clamó a gran voz: "¡Lázaro, ven fuera!" ¡Y el hombre que había estado muerto durante cuatro días salió de su tumba!
Este es uno de los milagros más grandes que realizó Jesús. Lázaro llevaba cuatro días muerto cuando Jesús lo resucitó. ¿No estaría de acuerdo en que la muerte es de hecho un problema extremo? No tener dinero en el banco, estar enfermo y perder el trabajo, por malos que sean, ¡no es tan malo como estar muerto!
Pero lo que quiero que vean es esto: si Jesús, en el más extremo de los problemas, nos muestra que la solución sigue siendo: “Padre, te doy gracias”, entonces ¿cuánto más debemos agradecer a Dios en medio de los menos? graves problemas que enfrentamos. Si la acción de gracias puede resucitar a los muertos, demos gracias a pesar de las circunstancias negativas y veremos la victoria.
Desafortunadamente, tendemos a hacer lo contrario: murmurar y quejarnos. Pero murmurar y quejarse solo magnifica el problema. La acción de gracias, por otro lado, es el lenguaje de la fe que agrada a Dios. No estoy diciendo que demos gracias por los problemas que tenemos. No, le damos gracias a Dios porque Él es nuestra respuesta y porque Él ya nos ha dado todas las bendiciones (Efesios 1:3).
"Pero Pastor Prince, lo que tengo es tan poco".
Amigo, gracias a Dios por lo poco que tienes y se multiplicará. Jesús agradeció a Su Padre por los cinco panes de cebada y dos peces pequeños, el almuerzo de un niño, y se multiplicaron para alimentar a más de cinco mil personas con doce canastas llenas de sobras (Juan 6: 8-13). Y observe que cuando el Espíritu Santo habló de nuevo sobre este evento, mencionó específicamente al Señor dando gracias: “el lugar donde comieron pan después de que el SEÑOR había dado gracias” (Juan 6:23). El Espíritu Santo parecía estar más complacido con el acto de dar gracias que con el milagro de la multiplicación o las doce canastas llenas de sobras.
Amado, cuanto más le agradeces a Dios, más le agradas. ¡Lo poco que tienes se multiplicará y todo lo que esté muerto en tu vida resucitará!
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