La verdad que te libera
Juan 8:32
¿Qué significa realmente “la verdad os hará libres” en el versículo 32 de Juan?
Examine el contexto de este versículo y notará que Jesús les dijo esto a los judíos de su época. Se trata de personas que a temprana edad crecieron estudiando y aprendiendo la ley. Sin embargo, estas personas, de formas muy similares a las que tenemos hoy en día, todavía luchaban con miedos, ansiedades, enfermedades y todo tipo de opresión, ataduras y adicciones.
Entonces, esta verdad de la que Jesús estaba hablando claramente no puede ser la ley, porque estas personas no pudieron encontrar libertad en la ley. De hecho, la verdad de la ley solo los llevó a la esclavitud religiosa.
Amigo mío, la verdad que te hará libre es la verdad de Su gracia. Esta es la verdad que vino a darnos. Su Palabra proclama que “la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo” (Juan 1:17).
La buena noticia es que la gracia vino para librarte de la maldición de la ley. La gracia no es una doctrina ni un tema teológico. Cuando Jesús habla de la gracia, se refiere a sí mismo. Gracia es una persona. La gracia es Jesús mismo.
La verdad que tiene el poder de abrir de par en par las puertas de tu prisión es Su gracia. ¡Su gracia es el antídoto para contrarrestar cada veneno en tu mente!
Cuando te encuentras con Jesús, pruebas su amor y saboreas su bondad amorosa y tiernas misericordias, toda creencia errónea comienza a disolverse en la gloria de su amor. ¡Y cada pensamiento oscuro y adicción malvada que pueda haberte mantenido cautivo no puede dejar de dispersarse cuando te expones a la luz de Su gracia!
Tu libertad se encuentra en creer correctamente en Jesús: Su favor y Su amor en tu vida. Cuando creas correctamente en Su gracia, comenzarás a vivir correctamente.
Cuanto más veas en Su Palabra lo que Su gracia ha hecho por ti, más temores, condenaciones, depresión y hábitos destructivos perderán su control en tu vida. Y cuanto más creas y disfrutes de Su gracia y amor, más encontrarás la sabiduría, la estabilidad y la paz del Señor guiando tus decisiones y acciones.
Creer correctamente siempre produce una vida correcta y los resultados correctos.
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