Veamos ahora algunas definiciones de la Gracia:
1. Favor Inmerecido
Esto nos habla de un favor que no hemos ganado.
El
problema con esta definición es que lagente se concentra en lo
“inmerecido” por lo que se sienten tan indignos que fallan en recibir el
favor. No lo merecemos pero es nuestro.
2. Las riquezas de Dios a nuestro favor a la cuenta de Cristo
Debemos contrastar la misericordia de la gracia.
La misericordia es no recibir lo que merecemos; la gracia es recibir lo que no merecemos.
La medida de la gracia es la diferencia entrelo que merecemos (el infierno) y lo que obtenemos (el cielo).
La gracia es Dios haciendo por nosotros lo que nunca podríamos hacer por nosotros mismos.
La gracia es la suma total de todo lo que Dios hizo por nosotros en Cristo y que es administrado para nosotros por Su Espíritu.
La gracia es el poder de Dios actuando a favor nuestro basado en Su carácter.
3. El amor de Dios sin límites hacia nosotros
El
amor de Dios no tiene límites ni condiciones y a través de Su gracia
fluye libremente hacia nosotros sin que tengamos que hacer algo a
cambio.
En 1 Juan 4:19 dice: “Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.”
Su
amor no depende de lo que hayamos hecho, ni siquiera que lo hayamos
amado primero, ya que el dio la iniciativa, Él dio el primer paso para
acercarse a nosotros.
En Juan 3:16 lo vemos clarísimo cuando dice:“Porque
de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para
que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”¿Qué
padre dio jamás una prueba de tan grande exceso de amor a un hijo suyo,
como las que dio Dios a los hombres al entregar a Jesús por nosotros?
Es por medio de la gracia que Dios puede derramar ese amor sin límites por nosotros. Como dice en Romanos 8:
Romanos8:32-39
32
El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos
nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?
33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.
34
¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que
también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que
también intercede por nosotros.
35 ¿Quién nos
separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o
persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?
36 Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; somos contados como ovejas de matadero.
37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
38
Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni
ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,
39
ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá
separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
En
ese gran amor nos proveyó todas las cosas para nosotros de manera
incondicional sin que tengamos que ganarlo porque Cristo ya las ganó por
nosotros.
Podemos estar seguros y confiados de que el
amor de Dios está siempre disponible para nosotros sin importar lo que
hagamos o que dejemos de hacer ya que nada nos podrá separar de ese gran
amor de Dios.
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