sábado, 5 de mayo de 2012

La Gracia y la Ley


Dios dio la ley para mostrar que no hay lugar para traspasarla, por lo que no tenemos excusa.

Pablo estaba vivo en una época; cuando era un niñito. Los niños judíos eran entrenados diligentemente en la memorización de las Escrituras desde muy temprana edad. Luego con el conocimiento de la ley venía el resultado del pecado, la muerte espiritual.

La naturaleza de pecado está en uno, pero no somos responsables sino hasta que llegamos a la edad de la conciencia; que puede variar de niño en niño.

La ley es santa; no hay nada malo en ella, el mal se encuentra en nosotros. La ley no provee soluciones, lo único que hace es mostrarnos el problema.

Gálatas 3:17-22
17 Esto,  pues,  digo: El pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo,  la ley que vino cuatrocientos treinta años después,  no lo abroga,  para invalidar la promesa.
18 Porque si la herencia es por la ley,  ya no es por la promesa;  pero Dios la concedió a Abraham mediante la promesa.
19 Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador.
20 Y el mediador no lo es de uno solo;  pero Dios es uno.
21 ¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios?  En ninguna manera;  porque si la ley dada pudiera vivificar,  la justicia fuera verdaderamente por la ley.
22 Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado,  para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes.

La ley fue añadida debido a las transgresiones hasta que la semilla viniese. La ley magnifica el problema para que cuando la solución venga podamos recibirla.

Gálatas 3:23-25
23  Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada.
24  De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe.
25  Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo.

La ley ha sido un ayo que nos ha llevado a Cristo.

La Biblia Expandida de Fe lo dice de esta manera:

Gálatas 3:24
24 Dicho de otro modo: la Ley mosaica fue nuestro tutor (pedagogo, guía, ayo) para conducirnos a Cristo, que vino a hacernos justos delante de Dios por medio de la fe.

El término griego que se usa aquí es paidagogós, en español, pedagogo. El pedagogo era un esclavo cuya función era encargarse del cuidado general de un niño de entre 6 y 16 años. Estaba encargado de la conducta exterior, la supervisión moral del niño y se encargaba de él cada vez que salía de casa, por ejemplo, cuando iba a la escuela.

Esta fue la función de la ley, se encargaba de nuestra conducta exterior y supervisión moral mientras venía Jesús.

1 Timoteo 1:8
8  Pero sabemos que la ley es buena,  si uno la usa legítimamente.

La ley es buena cuando se usa de manera apropiada.

Santiago 2:10
10 Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos.

Pero también es inútil como un medio para tratar de justificarnos delante de Dios. Con la ley es todo o nada. Uno puede confiar en su resultado de fracasos en cumplir la ley, o en la gracia de Cristo.

La ley se basa en lo que podemos hacer por nuestras fuerzas; la gracia se basa en lo que alguien hizo por nosotros. La ley fue dada para mostrarnos que necesitamos ser justificados. La ley nos dice: “Tú tienes que ser de este tamaño para pararte delante de Dios”, el problema es que ninguno llega a alcanzar ese tamaño.

Es como cuando estamos sucios, el vernos en el espejo no provoca el problema, solo lo refleja. No nos muestra cómo resolverlo sino cual es el problema. Debemos usar agua y jabón para limpiarnos.

Las ceremonias de la ley eran incapaces de salvar al hombre porque eran solamente sombras. Es como la sombra de un avión cruza sobre nosotros, no puede dañarnos porque no tiene substancia. Para que haya una sombra en algún lugar debe existir un objeto y luz para reflejarlo. La sombra solo es reflejo del objeto. La sombra nos indica que no muy lejos hay un objeto; la sombra por sí misma no puede hacer nada. La sombra de un vaso con agua no puede calmar nuestra sed, pero puede alegrarnos porque significa que cerca hay un vaso de agua, que es el objeto.

Colosenses 2:16-17
16 Por tanto,  nadie os juzgue en comida o en bebida,  o en cuanto a días de fiesta,  luna nueva o días de reposo,
17 todo lo cual es sombra de lo que ha de venir;  pero el cuerpo es de Cristo.

Pablo está hablando de ceremonias que son sombras de las cosas que están por venir. Cristo trajo la substancia de las cosas que el Antiguo Testamento proveía como sombras.

Hebreos 10:1
1 Porque la ley,  teniendo la sombra de los bienes venideros,  no la imagen misma de las cosas,  nunca puede,  por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año,  hacer perfectos a los que se acercan.

La ley es una sombra, no la imagen misma de las cosas, no la substancia ni el objeto, por eso es que no puede hacernos perfectos. Tenía sacrificios que se repetían anualmente que eran sombra del sacrificio de Jesús. El tabernáculo que era la sombra de la obra de Cristo en nosotros. Todo era una sombra de lo que estaba por venir.

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